CONTO REALIZADO POLAS ALUMNAS DE 6º DE PRIMARIA EN LINGUA CASTELÁ
"En un pueblo muy lejano, llamado Calaveras, vivía la familia López. La madre se llamaba Elena y el padre David. Tenían un niño que se llamaba Jonathan, el cual no se separaba de su perro Turbo. La familia se había mudado a esta ciudad por motivos de trabajo del padre de Jonathan.
Cuando Jonathan entró por primera vez en su nueva casa, sintió una sensación extraña, tal vez porque estaba todo oscuro, lleno de polvo y cosas viejas. Sus padres se pusieron a limpiar y ordenar la casa y mientras tanto el niño bajó al sótano para investigar que había entre tantas cajas cubiertas de polvo. Mirando y removiendo entre ellas encontró un baúl que despertó su curiosidad pero este se encontraba cerrado con llave.
Al día siguiente Jonathan llegó a su nuevo colegio, nervioso porque todos lo miraban, pero con ganas de conocer a nuevos amigos. Al llegar el recreo una niña de su clase, llamada Blanca, se acercó a él y le dijo:
- Hola, tú eres Jonathan verdad?
- Sí, y tú? – contestó ella.
- Yo soy Blanca, tu vecina de enfrente. Te gustaría venir a jugar a mi casa esta tarde?
- Esta tarde no puedo porque tengo que ordenar mi habitación, colocar mis cosas…¿por qué no te vienes tú a la mía y así te la enseño? – añadió Jonathan todo ilusionado esperando escuchar una respuesta afirmativa.
- Está bien, allí estaré sobre las seis.
Por la tarde, cuando Blanca llegó a casa de Jonathan, este la invitó a subir a su habitación. Los dos empezaron a recoger la habitación cuando de pronto, entre los cajones, Blanca encontró una llave. Se la enseñó a Jonathan, y este después de pensar un rato, dijo:
- ¡oh! Creo que sé de donde es esta llave. ¡Vamos! ¡Ven! ¡Date prisa!
Los dos niños bajaron al sótano. Allí, Jonathan le enseñó a Blanca el baúl. Luego comprobó como efectivamente la llave que había encontrado Blanca, abría dicho baúl. Los dos se miraron fijamente y de repente la puerta se cerró. Ambos con miedo, pero con intriga, continuaron con su búsqueda y abrieron el baúl. En su interior encontraron muchos recuerdos: fotografías, postales, cartas…pero en el fondo del baúl vieron una caja que les llamó mucho la atención. En dicha caja se podía leer: “Peligro de muerte” y debajo se podía ver una calavera dibujada.
Al día siguiente, Jonathan y Blanca caminaron juntos hasta el colegio. Cuando estaban a punto de llegar un mosquito picó a Jonathan y su brazo empezó a hincharse. Los niños comentaron entre ellos lo sucedido, pero no le dieron importancia pensando en que había sido una casualidad. Pero lo peor vino en el recreo cuando Blanca se quedó un momento sóla en la biblioteca leyendo un libro. De pronto todo se quedó a oscuras y notó como algo la atacaba en el cuello y la mordía. ¡Era un vampiro! La niña lloraba y gritaba pero nadie la escuchaba.
Después del recreo Jonathan se dio cuenta de que Blanca no se encontraba en su sitio, asique sospechando que pasara algo, pidió a la profesora para ir al baño. Esta le dio permiso y el niño asustado corrió hasta él. Al llegar, abrió la puerta y se encontró en el suelo una cabeza llena de sangre.
Mientras que esto sucedía Blanca entró en clase y cuando se disponía a contarle lo sucedido a su profesora vio como la tiza que esta tenía en su mano, se convertía en un cuchillo. Asustada salió corriendo al pasillo y se encontró con Jonathan. Este le dijo:
- ¡Blanca vamos a morir! ¡Está pasando todo lo que decía ayer el juego!
- ¿Qué vamos hacer? –contestó Blanca.
- Tenemos que ir a mi casa para deshacernos de ese juego –contestó Jonathan mientras los dos corrían hasta la puerta.
Al llegar a casa de Jonathan los dos niños bajaron al sótano en busca del juego. Estaban llenos de miedo y muy asustados. Cuando se disponían a abrir el baúl la puerta del sótano se cerró y la luz se apagó. De la pared empezaron a salir sombras que se acercaban a los niños. Ellos se abrazaron y se pegaron a una esquina queriendo huir de aquellos fantasmas extraños. Aún así una de ellas consiguió alcanzar el brazo de Jonathan. Entonces este gritó: “Socorro, socorro”....
...y de repente abrió los ojos y vio que estaba en su habitación, acostado en su cama y que no había fantasmas. Todo había sido un sueño. Al día siguiente Jonathan comentó el sueño a Blanca y los dos se rieron un buen rato."

que bon conto balla imaxinacion teñen
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